Te miro y me parece mentira que estés aquí, junto a mí, a pesar de lo grande que estás sigues siendo mi niño, me haces reír, muchas veces me conmueves hasta las lágrimas pero casi siempre son de pura emoción…

Me siento tan orgullosa de ti, quisiera darte más, mucho más de lo que te doy y no me importa estar sometida a tus deseos, a tratar de adivinar cuales son en cada momento para complacerte antes de que me lo pidas, eres mi Amor, mi Amo, mi Dueño, mi Todo!!!

Lo sabes y te aprovechas de la situación, pero cuando me ves triste o cuesta abajo te conviertes en mi esclavo, mi sirviente, el hombro en el que puedo llorar tranquilamente y sin tapujos… Luego de abrumarte con mis líos y dejarte empapado de lágrimas te miro y me avergüenzo de usarte de esta manera, no es justo contigo, ni siquiera tienes la edad suficiente para entender todos mis rollos, las mil caras que tengo y que tú vislumbras de cuando en cuando.

Ahora te veo dormir en mi cama, sigues buscando el calor de mis sábanas como cuando eras un bebé, como cuando llegabas a media noche caminando dormido y te hacías lugar sin pedir permiso hasta con perro incluido, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y sólo por tenerte es que vale la pena vivirla…

TE AMO TANTO!!!
Como yo te amo... Nadie te amará!!!